FONAIAP DIVULGA > Colección > Número 65 Enero-Marzo 2000

  FONAIAP   DIVULGA  No.  65                                                                                                           Enero-Marzo    2000


Los camarones y su importancia en la alimentación 

Glenys J. Andrade de Pasquier

 
Investigadora. FONAIAP. CIAE Zulia. Estación Local El Lago. 
Maracaibo. e-mail: pasquier@cantv.net


En años recientes, mientras que el consumo de alimentos marinos se ha incrementado en una tasa fija anual de 2%, el aumento anual del consumo de camarones ha sido casi de 9%. En los Estados Unidos de Norteamérica sólo la carne de atún es consumida en mayor cantidad que los camarones, y el valor de las importaciones de camarones fácilmente excede el valor de los demás alimentos marinos (Seafood Handbook, 1986). En 1998, Venezuela exportó 2.822 t de camarones peneidos congelados hacia los Estados Unidos, a través del Puerto y Aeropuerto Internacional La Chinita en Maracaibo, lo que representó una importante entrada de divisas para el país, alcanzando estas 18 millones de US$ (Aduana Principal de Maracaibo, 1998). 

Dentro de los crustáceos marinos, los camarones del género Penaeus están entre los de mayor producción a nivel mundial, ya sean éstos obtenidos en ambiente natural o por cultivo. La creciente demanda de estos camarones posiblemente se debe a su alto rendimiento en carne, que está alrededor de 65%. En la Estación Local El Lago, del Centro de Investigaciones Agropecuarias del Estado Zulia, se realizó una evaluación completa de la pesquería del camarón blanco, Penaeus schmitti (Andrade, 1996) y se continúa con el seguimiento de las capturas, dado que la producción en el lago de Maracaibo y golfo de Venezuela es procesada y exportada en 98%. Estas dos áreas son consideradas las de mayor producción camaronera de Venezuela y en conjunto contribuyeron con 88% de la producción nacional de camarones durante 1995 (SARPA, 1996). 

Existen razones por las cuales el camarón ocupa una posición significativa en el mercado internacional. Una de ellas se debe a que este pequeño crustáceo es de algún modo diferente a otros mariscos, porque su carne no tiene espinas ni huesos. Otra razón es su popularidad, por la amplia distribución que tiene, ya que después de congelados pueden ser transportados fácilmente a cualquier parte del mundo, pero la verdadera causa de la fama de los camarones, especialmente entre las amas de casa, porque éstos a diferencia de los peces, su cocción es fácil y rápida. Hervidos, al vapor, salteados o en microondas, los camarones están listos para una multitud de usos y preparaciones. 

En las casas y en los restorantes, los camarones ocupan un sitio especial en la mesa de los venezolanos. Nosotros no somos los únicos, el resto del mundo tiene la misma apreciación sobre ellos, de acuerdo con un censo realizado en 1985 más de la mitad de los restorantes en los Estados Unidos de Norteamérica, ofrecían camarones (Seafood Handbook, 1986). 

Desde el punto de vista nutricional, los camarones constituyen un alimento privilegiado. Investigaciones recientes han revelado que los niveles de colesterol en muchos mariscos, incluyendo los camarones, son significativamente más bajos de lo que anteriormente se pensaba. Un promedio de 100 g de camarones contiene aproximadamente 100 mg de colesterol; es decir, cerca de un tercio del colesterol presente en un huevo de gallina. 

El valor nutritivo de los camarones varía de acuerdo con la alimentación, ubicación geográfica, especie y edad, y el mismo es igual a cualquier otra proteína animal. En general, los camarones son ricos en proteínas y bajos en calorías. Un servicio de 100 g contiene cerca de 20 g de proteínas y entre 90 y 100 calorías. 

Los camarones poseen también un bajo contenido de grasas, con un rango cercano a 0,5 a 1 g por cada 100 g. Sin embargo, este bajo contenido de grasas, característico de estos crustáceos, puede ser fácilmente desaprovechado por los métodos de cocimiento; por ejemplo, algunas personas los preparan fritos en aceite o salteados en mantequilla. 

Las grasas de los camarones son, en su mayoría poliinsaturadas, contienen cantidades moderadas del ácido graso Omega-3, un componente terapéutico altamente solicitado y encontrado casi exclusivamente en los alimentos del mar. Por último, al igual que otros alimentos marinos, el camarón es una buena fuente de calcio y fósforo. 

Bibliografía 

Andrade, G. 1996. Análisis de la pesquería del camarón blanco, Penaeus schmitti Burkenroad 1936, en el Lago de Maracaibo, Venezuela. Tesis de Magister en Ciencias del Mar. Universidad Católica del Norte. Chile. 

República de Venezuela. Ministerio de Agricultura y Cría. 1995. Anuario Estadístico - Región Zuliana. 

Seafood Handbook 1986. Serie N° 2. 

Servicio Autónomo de los Recursos Pesqueros y Acuícolas (SARPA). 1996. Estadísticas del Subsector Pesquero y Acuícola de Venezuela. 1990-1995.