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  FONAIAP   DIVULGA  No.  65                                                                                                                       Enero-Marzo    2000


Aspectos Agronómicos de la Producción de Semilla de Papa

Héctor M. Coraspe León

Investigador. FONAIAP. Estación Experimental 
Trujillo. Pampanito. Estado Trujillo.


La producción de semilla de papa debe recibir el mejor manejo agronómico posible por parte del productor, ya que de ello dependerá, en gran medida, la posibilidad de un desarrollo vegetativo óptimo, que permita obtener semillas de la más alta calidad.

Preparación de suelo

Por preparación de suelo se entiende las diferentes labores manuales o mecánicas del suelo que tienen como finalidad proveer las condiciones favorables y necesarias para el crecimiento y buen desarrollo de las plantas. Estas labores incluyen el arado o picada, rastrillada o repicada, nivelada o emparejado del suelo.

Las técnicas utilizadas para lograr una buena preparación de tierra varían de acuerdo con las condiciones climáticas, el tipo de suelo, pendiente del terreno y mano de obra disponible. El momento más adecuado, la calidad y el costo de la preparación de suelo influyen en las diferentes operaciones, así como también en los rendimientos que se obtengan.

En las condiciones presentes en Trujillo, caracterizadas por vegetación de páramo, ubicada sobre los 2000 msnm y con terrenos de fuerte pendiente, el principal sistema empleado es el arado de bueyes. Esto permite lograr resultados excelentes en la preparación y, al mismo tiempo, un mínimo daño al terreno cuando es bien empleado. Deben aplicarse prácticas conservacionistas del suelo para obtener, con un bajo costo, una razonable eficiencia en el mantenimiento de la capacidad productiva del suelo, tomando en consideración también las condiciones socioeconómicas de la zona.

Dentro de las principales ventajas que se pueden obtener con una buena preparación de suelo se pueden mencionar:

1. Obtención de una buena cama para la semilla, creando condiciones favorables para el establecimiento de la población deseada de plantas. Estas condiciones se refieren a: humedad adecuada, buena aireación y temperaturas apropiadas del suelo, las cuales permiten una efectiva germinación, enraizamiento y tuberización de la planta.

2. Estimulación de la actividad microbiana y liberación de los nutrimentos a la solución del suelo.

3. Destrucción de las malezas e insectos-plaga que puedan atacar a la planta.

4. Buena aireación y mejor uso del agua en el suelo.

5. Amplio desarrollo de las plantas deseadas.

La profundidad de preparación del suelo varía de acuerdo con las condiciones físicas del mismo, siendo más superficial en suelos sueltos y arenosos, que en los pesados, profundos y ricos en materia orgánica, como los que predominan en los páramos. Esta labor se puede considerar bajo estas condiciones, de 30 a 40 cm de profundidad.

Al usar arado de bueyes, éste debe ser abierto al máximo para que tenga una buena penetración en el terreno. Si la labor es mecanizada, la graduación del equipo debe ser de manera tal que se logre la penetración deseada. El número de pases de arado o rastra que se aplica puede ser de dos a cinco, dependiendo del tipo de terreno, si el mismo ha sido cultivado previamente, de la presencia de muchos terrones y malezas, entre otros factores.

Siembra de la papa

Fertilización

Una fertilización adecuada debe servir para complementar la riqueza que existe en el suelo o para subsanar una falta severa o leve de uno o varios elementos del suelo, que más que necesarios, son indispensables para el crecimiento de la planta de papa.

Los abonos o fertilizantes son sustancias líquidas o en forma de gránulos o polvos, que contienen los elementos necesarios para el adecuado desarrollo de las plantas. No todos los suelos donde se siembra papa tienen los niveles de fertilidad requeridos para conseguir las máximas producciones, por lo que se hace necesario incorporar cantidades adicionales para compensar la falta en éstos.

Para tener un buen crecimiento las plantas requieren tener disponible los siguientes elementos:

Carbono (C), hidrógeno (H), oxígeno (O), que lo toman del agua y del aire. Del suelo son retirados: el nitrógeno (N), fósforo (P), potasio (K), calcio (Ca), magnesio (Mg), azufre (S),boro (B), hierro (Fe), cobre (Cu), manganeso (Mn), molibdeno (Mo), cobalto (Co) y zinc (Zn).  Ver descripción de Principales Síntomas de Deficiencias en el Cultivo de la papa

La necesidad de aplicar fertilizantes depende de:

  1. La cantidad del elemento disponible o aprovechable que hay en el suelo.

  2. La cantidad que es absorbida por la planta para producir lo máximo posible.

  3. La cantidad del elemento que es aprovechable por la planta al colocarlo en el suelo como abono.

Estos tres aspectos dependen a su vez de muchos factores, que pueden ser controlados o no, como son: riego o lluvia, variedad de papa, clima de la zona, humedad, temperatura, vientos, enfermedades y plagas, época de siembra, tipo de abono, época de abonar, cantidad de abono y densidad de siembra.

Recomendaciones de fertilización

Algunas experiencias obtenidas en las zonas paperas de Trujillo, así como lo observado en otras zonas del país y diversos países, nos indican que lo más aconsejable es hacer análisis de suelos para conocer los niveles de fertilidad de los mismos en las fincas y así el fertilizante será mejor aprovechado. Más que la cantidad del abono es el balance de los elementos. Por esta razón, a algunos productores les resulta bien aplicar el triple 15, mientras que otros prefieren el 12-24-12.

A continuación algunas recomendaciones de resultados obtenidos en Trujillo:

Uso de abono químico: 

1. A la siembra: fórmula 12-11-18/2, usando un saco por cada tres sacos de semilla de papa Granola o cuatro sacos de Andinita.  Aplicar bórax: 10 a 15 kg/ha, aplicar de la forma que el furadán en polvo. 
2. Reabono en el aporque: un saco de nitrato de calcio por cada cinco sacos de Granola u ocho de Andinita.

Uso de abono orgánico: el uso de estos abonos mejoran las condiciones del suelo sobre la estructura, retención de agua, suministro de nutrimentos, aprovechamiento de los fertilizantes y enmiendas aplicadas, fuente de energía para los microorganismos que actúan en diferentes procesos en el suelo. Los abonos orgánicos más usados son: estiércol de chivo, gallinaza, fertipollo y fertiagro. En el caso de los dos primeros se emplean distribuyéndolos al voleo en el terreno, durando su efecto de dos a cuatro cosechas. Los otros dos se presentan ensacados y son usados a razón de 1:1 o 1: 0,5 colocándolos en la melga de siembra. Se recomienda el uso de estos abonos cuando el contenido de materia orgánica, según el análisis de suelo, es menor de 3% (Foto 2).

Encalado del suelo

Se hace cuando, mediante análisis previo, se determine que el suelo es extremadamente ácido. El pH del suelo es una medida de la acidez o alcalinidad del mismo. Se expresa por medio de un número que va del 1 al 14, donde por debajo de 7 es ácido; 7 es neutro y por encima de 7 es alcalino. Un pH entre 5,5 a 6,0 resulta óptimo para la producción de papa y de las hortalizas en general. Cabe mencionar que el cultivo de la papa es uno de los pocos que tolera acidez de pH 4,0 – 4,5, logrando rendimientos aceptables. Si el suelo presenta pH inferior a 5,0 podría ser necesario realizar una corrección mediante la adición de cal agrícola (encalado). Es importante conocer los contenidos de aluminio y de materia orgánica del suelo.

Siembra

El sistema de siembra utilizado en papa depende del relieve del terreno, de las características físicas del suelo y de los recursos disponibles. Considerando estos factores se pueden mencionar tres sistemas empleados en las principales zonas productoras de papa: mecanizada, semimecanizada y manual.

Mecanizada: esta labor se realiza con una sembradora mecánica acoplada al tractor, compuesta por un dispositivo surcador, un fertilizador, tolva y bajante colocador de la semilla, y un dispositivo para el tapado de la misma. Es un sistema de uso limitado en el país, debido a las condiciones de terreno que requiere. Además, los brotes largos y débiles que normalmente presenta la semilla usada por el productor representa un inconveniente, ya que para usar este equipo la semilla debe estar sin brotes o muy cortos.

Semimecanizada: en este caso el implemento acoplado al tractor es un depósito para la semilla (tolva), donde un operario sentado en el implemento toma los tubérculos, los coloca en un bajante que deposita la semilla en el surco. El implemento puede tener o no un fertilizador, un surcador y un elemento par el tapado de la semilla.

Una sembradora de este tipo puede tener de uno a tres líneas de siembra. Este equipo ha sido empleado en zonas productoras del centro y oriente del país.

Manual: es el sistema más difundido en el país. El surcado se realiza bien sea con un arado de bueyes, con una charruga tirada por caballos, con una surcadora mecánica o manualmente con escardilla. La fertilización y la colocación de la semilla se hace a mano y el tapado de la semilla con el mismo instrumento usado para el surcado (Foto 3).

Independientemente del sistema usado, se debe tener cuidado de no colocar la semilla en contacto con el fertilizante químico, para evitar el quemado de los brotes. La profundidad de siembra debe estar entre 10 a 15 cm, para que la emergencia y el posterior desarrollo sean uniformes.

Distancia de siembra

La distancia de siembra de un cultivo de papa depende de la variedad, del tamaño de la semilla a utilizar y de la finalidad del cultivo.

Las variedades de la subespecie andigena necesitan mayores distancias de siembra, porque desarrollan más follaje y la planta crece a mayor altura. Como ejemplo de éstas tenemos: Andinita, ICA, Atzimba (Flor Blanca), Montserrat, que necesitan de 0,90 a 1,00 m entre hilera o melga y de 30 a 40 cm entre plantas.

Las variedades de la subespecie tuberosum, como Granola, Sebago, Atlantic y Kennebec requieren de 0,70 a 0,80 entre hilera y de 20 a 30 cm entre plantas.

En la producción de semilla certificada se debe considerar que se requiere producir tubérculos de menor tamaño y peso (30 a 90 g) que en la producción para consumo, por lo tanto para asegurar un tamaño uniforme y mediano se emplean las menores distancias.

Esta práctica ocasiona una competencia entre plantas, lo que resulta en una producción con alta cantidad de tubérculos tipo semilla. Para la producción de semilla certificada de la variedad Granola se ha empleado la distancia entre planta de 25 a 30 cm, mientras que para la variedad Andinita la de 30 cm.

Control de malezas

Se realiza integralmente con la aplicación de productos químicos y manualmente al efectuar el aporque. El producto más utilizado es el Sencor, en la dosis de 1,0 kg/400 l de agua, antes de emerger la planta (1 a 5 días después de la siembra), se debe aplicar con humedad adecuada en el suelo para favorecer la acción herbicida.

Aporque

La planta de papa en la parte inferior desarrolla además de las raíces, órganos llamados estolones que dan origen a los tubérculos. Cuando los estolones salen de la tierra, se convierten en tallos o ramas en lugar de formar tubérculos, reduciendo los rendimientos.

Para evitar que esto suceda se debe realizar el aporque, que consiste en arrimar tierra de la melga o surco hasta el pie de la planta, formando un camellón de 30 a 40 cm de altura a lo largo de la hilera. Esta práctica se realiza a los 30 - 45 días después de la emergencia.

Las ventajas que presenta esta práctica son las siguientes:

  1. Evita que los estolones se conviertan en ramas o tallos, aumentando el número de tubérculos producidos.

  2. Elimina malezas que han conseguido desarrollarse alrededor de la planta de papa.

  3. Mantiene la humedad en la zona de las raíces.

  4. Evita que le dé luz a los tubérculos y se tornen de color verde.

  5. Protege los tubérculos en el suelo del ataque de plagas.

La práctica del aporque puede ser realizada con escardilla, arado de bueyes o surcador mecánico.

Eliminación de plantas

Las infecciones causadas por virus pueden establecer un ciclo continuo de enfermedades, con severas consecuencias, que pueden llevar a la completa degeneración de la semilla inicialmente sana. El descarte proporciona medios para romper este ciclo.

El descarte es una técnica de control, mediante el cual las plantas infectadas son identificadas, arrancadas, retiradas del campo y destruidas.

Se deben identificar y arrancar:

Plantas enfermas: por virus, bacterias y hongos que presentan síntomas como enrollamiento, encrespamiento y variaciones del color de las hojas, especialmente los síntomas de mosaico, necrosis y marchitez.

Plantas atípicas: estas son plantas de otras variedades, que afectan la pureza varietal; su identificación es más fácil en la etapa de floración.

Plantas espontáneas: crecen de los tubérculos que permanecen en el suelo, procedentes de siembras anteriores. Son fáciles de detectar porque emergen antes que la variedad sembrada.

Eliminación del follaje

Consiste en eliminar el follaje de la planta, para facilitar la cosecha, para conseguir mayor adherencia de la piel al tubérculo, evitar un ataque tardío de enfermedades, de virus transmitidos por vectores o mecánicamente, obtener una mayor proporción de tubérculos tamaño semilla y eliminar la posibilidad de infección de los tubérculos. Se recomienda la defoliación con productos químicos, por ser una medida sanitaria que no afecta los tubérculos.

Antes de realizarse esta práctica debe cerciorarse que los tubérculos hayan alcanzado el tamaño ideal para semilla, se realiza una a dos semanas antes de la cosecha, usando herbicidas de contacto como el Reglone (dicuat).

Cosecha

Se debe continuar con la revisión de los tubérculos para confirmar que la piel esté fijada bien en la mayoría de ellos. Es importante tomar en cuenta las condiciones de terreno, ya que una excesiva humedad al momento de la cosecha, en conjunto con daños mecánicos, favorece la presencia de enfermedades. Los tubérculos cosechados se deben retirar rápidamente del terreno para exponerlos lo menos posible a los daños ocasionados por el ambiente, plagas y enfermedades.

Se realizará una preselección en el mismo sitio de la cosecha y posteriormente en el lugar más adecuado seleccionar de acuerdo con el tamaño estipulado y almacenar en recipiente conveniente, como guacal o saco. El peso de los tubérculos para certificación debe estar comprendido entre 30 a 90 g (35 a 55 mm de diámetro).

Selección de la semilla de papa


 

Principales
 
síntomas de

deficiencias

en el

cultivo de

la papa

 

 


Nitrógeno (N):
las plantas presentan un color verde pálido o amarillento, con menor tamaño y crecimiento más lento. El nitrógeno es necesario para el vigor, desarrollo y para el color verde intenso.


Fósforo (P): menor cantidad de raíces y crecimiento lento. Las plantas producen menos papas. Las hojas no se abren bien, lucen arrugadas, con un color verde más oscuro, sin brillo y se doblan hacia arriba. En las plantas carentes de fósforo, las ramas son más rectas y en las hojas pueden verse un color morado por la parte inferior. El fósforo estimula el desarrollo de las raíces, interviene en la formación de órganos de reproducción y acelera la maduración de frutos.


Potasio (K): las hojas se quedan pequeñas, doblándose hacia abajo porque no se abren normalmente. En los bordes de las hojas se ven manchas oscuras. Las ramas son más finas y la planta no crece mucho, mostrando marchitez. El potasio permite un mejor uso del agua en la planta y las hace resistentes a las enfermedades. Activa muchas enzimas e interviene en el transporte de productos (azúcares) desde los sitios de síntesis (hojas) hasta los de acumulación (frutos, tallos).


Magnesio (Mg): en las hojas bajeras (las más viejas) se observa un amarilleo entre las nervaduras, mientras que los bordes se mantienen verdes. El magnesio ayuda en la formación de azúcares, proteínas y grasas dentro de la planta.


Calcio (Ca): las plantas que tienen deficiencias de calcio muestran menor tamaño, las hojas se doblan hacia arriba y los bordes pueden verse quemados. En los tubérculos se puede notar la falta de este elemento, aunque el follaje parezca normal, porque las papas son pequeñas, deformadas y en gran cantidad. El calcio es necesario para un buen desarrollo de raíces, hace economizar agua en la planta y le da fuerza y resistencia al cultivo. Es importante para la formación de las paredes celulares y en la absorción de ciertos elementos (iones).


Azufre (S): en las hojas más nuevas (en las de arriba) se observa un color verde claro o amarillento. El azufre participa en la formación de vitaminas y mejora el color, sabor y aroma.


Boro (B): la falta de este microelemento se nota en los brotes y hojas nuevas, éstas surgen pequeñas y con crecimiento lento, las hojas también se doblan hacia arriba como si presentaran ataques de virus y son más gruesas y duras. El boro tiene que ver con el tamaño de los tubérculos. Experimentos realizados en el páramo de Cabimbú, indican que abonar con 10 a 15 kg de bórax por cada 35 a 40 sacos de semilla de papa sembrados, dio como resultado un aumento de la producción.


Manganeso (Mn): las hojas nuevas, generalmente muestran primero la falta de este microelemento, volviéndose amarillentas entre las nervaduras, con un color verde fuerte en estas últimas. Pueden aparecer o no puntos marrones o negros en las hojas. Se presenta su deficiencia en suelos muy alcalinos o con mucha materia orgánica.


Hierro (Fe): su falta o carencia es semejante a la de manganeso, sólo que no aparecen los puntos marrones o negros. Es muy raro que ocurra en nuestras condiciones.


Zinc (Zn): el síntoma es parecido al ataque del virus del enrollamiento, presenta hojas nuevas dobladas hacia arriba, con una posición casi vertical. Las hojas son pequeñas y la planta alcanza poco crecimiento.


Cobre (Cu): es poco común la falta de este microelemento en suelos parameros, ya que muchos fungicidas contienen este elemento y al aplicarlos es aprovechado por la planta. Los síntomas de marchitez aparecen en hojas nuevas.


Molibdeno (Mo): es muy raro observar síntomas de deficiencia de este micro-elemento en papa, pero en caso de presentarse, es parecido a la deficiencia de nitrógeno; es decir, amarilleo de hojas viejas.