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FONAIAP DIVULGA > Colección > Número 66 Abril-Junio 2000 | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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FONAIAP DIVULGA No. 66 Abril-Junio 2000 |
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Yolanda Guevara, Anna Maselli, María del Carmen Sánchez
Investigadoras. FONAIAP. |
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Algunas plantas han sido y son usadas por diferentes sociedades para matar o repeler plagas como: insectos, parásitos externos en humanos, artrópodos externos en animales domésticos, insectos y vertebrados que atacan a los cultivos agrícolas y destruyen alimentos almacenados (Secoy y Smith, 1983). En Venezuela se detectaron algunas especies de plantas que pudieran ser promisorias para el control de bacterias de los géneros Erwinia y Pseudomonas (Guevara, et. al. 1999). Algunas familias de plantas, entre ellas las Amaryllidaceae, Araceae, Caesalpinaceae, Celastraceae, Combretaceae, Compositae, Euphorbiaceae, Liliaceae, Malvaceae, Rutaceae y Verbenaceae, han sido citadas a nivel internacional en el combate de enfermedades (Yang y Tang, 1988). Las bacterias del género Erwinia causan, por lo general, podredumbres blandas. En el lechosero Carica papaya (L.) Erwinia sp., produce la marchitez bacteriana, la cual se encuentra ampliamente distribuida en las zonas productoras, causando pérdidas de consideración y limitaciones al cultivo. En el campo, las plantas afectadas presentan síntomas de amarilleo y marchitez en las hojas inferiores, con avance hacia la parte superior del tallo y follaje, dándole a la parte apical de la planta un aspecto de punta de cigarro, ocasionando la muerte rápida de la misma. La enfermedad se caracteriza por manchas angulares acuosas en las hojas, necrosis en las nervaduras y manchas aceitosas de diversos tamaños en los pecíolos, frutos y tallos (Guevara, et al. 1993). En el mango Mangifera indica (L.), la especie Erwinia mangiferae (Doidge) Bergey, puede actuar en forma individual o asociada con E. carotovora (L.R. Jones Holland), para producir la pudrición del fruto y tronco del mango. En las plantaciones, la enfermedad puede atacar el tronco, las ramas, inflorescencias y frutos. En éstos últimos, los síntomas comienzan por la zona peduncular y se extiende hacia la pulpa, pudiendo afectar la semilla. En el tronco y en las ramas, el patógeno origina lesiones en cuyo interior sale una secreción gomosa (Guevara, et.al. 1980). Las bacterias del género Pseudomonas constituyen uno de los grupos más complejos, lo cual se expresa en los síntomas que inducen sobre sus hospederos. En banano (Musa spp.), Pseudomonas solanacearum E. F. Smith (= Ralstonia solanacearum), produce la enfermedad llamada hereque. Las plantas infectadas presentan un amarilleo anormal en las hojas más bajas, que se va acentuando al mismo tiempo que se propaga a las superiores. El follaje afectado se marchita y se dobla, quedando las hojas colgadas y adheridas a la planta. En estados avanzados de la enfermedad también se observa amarilleo en las hojas cogolleras, las cuales también se doblan y cuelgan. Los frutos de plantas infectadas presentan retardo en el crecimiento, pudiendo ennegrecerse y torcerse (Servicio Shell para el Agricultor, 1967). En girasol (Heliantus annuus L.), la bacteria Pseudomonas syringae pv. helianthi produce la enfermedad conocida como mancha angular o tizón bacteriano. Las plantas afectadas presentan manchas angulares húmedas, con aspecto grasiento y un halo amarillo bien definido; cuando se unen, forman extensos quemados comenzando de los bordes de la hoja hacia adentro. También causa agrietamiento del pecíolo y necrosis de la nervadura principal de la hoja, que avanza y puede extenderse a toda la lámina. La necrosis del pecíolo se extiende hacia la inserción con el tallo, causando necrosis del mismo, pudiendo translocarse hacia la base y ápice de la planta (Maselli, 1997). Estas enfermedades se han controlado, en parte, con productos químicos; los cuales representan actualmente un alto costo para el productor. La utilización de extractos vegetales, pudiese representar una de las alternativas de control conducentes a reducir el uso de bactericidas químicos. Son pocos los trabajos realizados en el ámbito internacional, siendo este el primer reporte a nivel nacional. Para ello, en el Laboratorio de Bacteriología del Centro Nacional de Investigaciones Agropecuarias (FONAIAP-CENIAP), se realizaron ensayos para observar el posible efecto de diferentes extractos vegetales sobre algunas bacterias patógenas del mango, lechosero, banano y girasol. Las plantas y las partes de las mismas usadas, se especifican en el Cuadro 1.
Los aislamientos bacterianos usados en los ensayos, se obtuvieron de la colección de bacterias fitopatógenas que se encuentran en el mencionado laboratorio. Preparación de los extractos vegetales Los extractos vegetales se prepararon de cuatro maneras: 1. Licuar
una parte del material vegetal fresco, con tres partes de agua
destilada Todos los extractos se filtraron y se guardaron en botellas de vidrio estériles, durante 16 horas en la oscuridad. Luego, fueron utilizados para las pruebas de control. Pruebas de control Se realizaron con discos de papel de filtro, previamente esterilizados y colocados en cajas de Petri vacías y estériles. Posteriormente se le agregaron 2 ml del extracto a probar. Esta prueba se realizó para cada uno de los extractos de plantas. Los discos se utilizaron de tres formas: húmedos, secados durante 24 horas y secados durante 48 horas. Luego se colocaron seis discos, cada uno impregnado con un extracto diferente, en las cajas de Petri con agar nutritivo, donde se habían esparcido 0,25 ml de una suspensión de la bacteria pura seleccionada. Las cajas fueron incubadas a 28°C, durante 48 a 72 h. Se realizaron observaciones para ver si presentaba un halo de inhibición alrededor del disco. Estos halos de inhibición representaron el efecto bactericida. Los testigos se prepararon de la misma forma, pero usando agua estéril en lugar de extracto vegetal. Conclusiones Para P. syringae pv. helianthi, bacteria patógena al girasol, no se observó inhibición del crecimiento, con los extractos vegetales probados (Cuadro 2). Para E. mangiferae, bacteria también patógena a los frutos y tronco del mango, se observó buen efecto bactericida con cundeamor, culantro y menor inhibición del crecimiento bacteriano con el extracto de alelí (cuadros 2 y 3).
Para la bacteria Pseudomonas sp., bacteria patógena del banano, hubo buen efecto bactericida con el extracto de mamón (Cuadro 4).
Para. E. carotovora, bacteria causante de la pudrición de los frutos del mango, no hubo control con los extractos evaluados. Para Erwinia sp, patógena del lechosero, se observó buen efecto bactericida con el extracto de yuquilla (Cuadro 4).
En todos los testigos se obtuvo buen crecimiento de las bacterias sembradas. Por los resultados obtenidos en estos experimentos, se observa que tres especies de bacterias fitopatógenas fueron controladas por extractos acuosos vegetales; lo que sugiere que este método pudiera ser utilizado como una alternativa para el manejo integrado de las enfermedades en los cultivos involucrados, sin detrimento ambiental ocasionado por los agroquímicos. Bibliografía
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