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  FONAIAP   DIVULGA  No.  66                                                                                                                           Abril-Junio    2000


Producción de propóleo

Antonio José Manrique

Investigador. FONAIAP. Gerencia General.
Cursante de Doctorado en Genética de Abejas.
Universidad de São Paulo (USP) en Ribeirão Preto. Brasil.
E-mail: manrique@rgm.fmrp.usp.br / tonyman77@latinmail.com


El propóleo es una sustancia resinosa, que varía desde el color verde parduzco hasta el negro, dependiendo de su origen botánico y de la presencia de flavonoides. Es conocido desde el antiguo Egipto, donde era usado para embalsamar cadáveres. La palabra propóleo es de origen griego: pro (delante o antes) y polis (ciudad), lo que significaría "protección de la ciudad"; sin embargo, fue a finales del siglo XIX durante la guerra de los Boers, en Suráfrica, cuando tuvo la mayor aplicación en tratamientos de heridas y como cicatrizante.

No obstante, a pesar de estos precedentes de uso promisorio, la mayoría de los apicultores lo desechaban por considerarlo indeseable, dada su característica pegajosa y de manchar. Aunque es loable recalcar que esta tendencia se ha revertido, debido al precio que se cotiza en el mercado local (14.000 Bs/kg) e internacional, hasta 150$/kg en Japón, principalmente de aquellos originarios de los estados de Minas Gerais, Río Grande do Sul y São Paulo de Brasil, dada su elevada calidad (color verde); no obstante, este producto debe ser entregado limpio sin ser expuesto al sol.

Origen del propóleo

El propóleo es recolectado por las abejas de las sustancias resinosas exudadas de las yemas y cortezas de algunas plantas, y posteriormente la procesan con sus mandíbulas (Rosch, 1927). Por su parte (Guerra y Bernal, 1997) sugieren que las abejas participan activamente en la formación del propóleo, dado que la mayoría de los flavonoides identificados en propóleos poseen agluconas, mientras que en materiales vegetales se presenta como glucósidos, siendo descompuestos estos últimos y convertidos en propóleo y alimentos, según las necesidades de las abejas. Aún cuando las coníferas producen grandes cantidades de resinas, son las angiospermas tropicales, principalmente las leguminosas (Caesalpionoideae y Papilionoideae) las que producen más resinas (Langenheim, 1969).

Composición química

El propóleo es una sustancia soluble en solventes orgánicos como: alcohol, benceno, acetona y éter. Su composición es muy compleja, ya han sido identificados más de 150 constituyentes; sin embargo, una composición representativa del propóleo pudiera ser: cera 30%, resinas y bálsamos 55%, aceites 10% y polen 5%. También posee ácidos grasos saturados y ácido 10-hidroxi-2decenoico.

Los compuestos fenólicos representan más de 50% de su peso total y son los responsables por la actividad biológica (Ghisalberti, 1979). Según Greenaway et al. (1990) la composición cualitativa principal del propóleo puede resumirse en:

a. Aminoácidos, aunque los niveles son bajos en torno de 0,40%, consideran que éstos son aportados por las abejas a través del polen.
b. Acidos aromáticos y ésteres, principalmente ácido benzoico, ácido cafeico, ácido ferúlico, provenientes de los exudados de las yemas vegetales.
c. Flavonas y flavononas, originarias de los exudados vegetales y que tienen elevada actividad biológica, entre las cuales resaltan: pinocembrina, quercitina, galangina, pinostrobina, sakuranetina y crisina.
d. Terpenoides, que también provienen de exudados vegetales y los aromáticos, son los responsables del aroma del propóleo, destacan limoneno, cimeno y estireno.

Aun cuando existen diversos parámetros de calidad, los valores varían según la técnica y el país, no obstante deben cumplir los siguientes requisitos:

- Porcentaje de flavonoides, el cual debe tener un mínimo de 0,75.
- Porcentaje de sólidos solubles, mínimo de 40%.
- Porcentaje de cera, máximo de 20%.
- Actividad antimicrobiana.
- Indice de oxidación, máximo de 22 segundos.

Estos parámetros llevan a considerar al propóleo de una calidad aceptable.

Producción y recolección del propóleo

La producción del propóleo está en función de la raza de abejas y del ambiente en el cual se desarrolla la actividad apícola. La raza caucásica y los híbridos africanizados, son más propolizadores que otras razas, potenciándose este comportamiento cuando los apiarios se ubican en más de 1000 m de altitud, principalmente en el bosque húmedo premontano, aquí en Venezuela. Son pocas las colonias y las abejas de una colmena que colectan propóleo, cerca de 3% de las pecoreadoras realizan este trabajo, el cual es muy desgastante (reduce la vida de la obrera en torno a 20%), ya que esta operación dura entre 15 y 60 minutos y se realiza en las horas más calientes del día (Golmerac, 1980). Es por ello que para producirlo adecuadamente, las abejas deben ser alimentadas o tener mucho néctar a disposición, para compensar este desgaste productivo, además se podría forzar a las colmenas a tapar los espacios vacíos con cera, si la temperatura llegara a bajar mucho.

Una colmena propolizadora, bien manejada puede producir entre 300 y 500 g de propóleo por año; sin embargo, algunas pueden producir hasta más de 1 kg (observaciones preliminares), con el uso de colectores externos (Foto 1), sin deprimir la producción de miel. Entre las mismas razas se ha observado que existe un componente genético, el cual permite que una colmena ubicada en un mismo apiario produzca propóleo de calidad superior a las otras colmenas.

En general, el propóleo es recolectado mediante el raspado de cuadros, paredes y piquera de la colmena; proceso que debe ser manejado con cuidado, porque se disminuye la calidad, al contaminarlo con objetos extraños: pedazos de madera, abejas y otros. Sin embargo, en los actuales momentos se está usando una serie de colectores que permiten maximizar la producción, a saber:

a. Colectores externos: pueden ser marcos de madera, colocados encima del alza de la miel (Foto 1), con una abertura de 3 a 3,5 cm, la cual es rellenada por las abejas con propóleo; es recomendado para colmenas con revisión poco frecuente. El colector Pirassununga (Foto 2) sustituye el alza de miel con aberturas laterales tipo ventana, abiertas cada dos tres días; este colector es indicado para apicultores que tienen las colmenas cerca de su casa. Es una adaptación del colector inteligente de propóleo (CPI) de Minas Gerais, que se usa en la cámara de cría. Estos colectores deben ser colocados en colmenas separadas en un mínimo de 2 m al finalizar la tarde, para disminuir los riesgos de pillaje, común en abejas africanizadas.Tienen la ventaja que el propóleo producido posee pocas materias extrañas.

Foto 1. Colmena propolizadora con colector externo

Foto 2. Colmena propolizadora con colector Pirassununga

b. Mallas: de metal o de plástico, utilizadas principalmente en Uruguay; se colocan debajo de la entretapa, cuando está llena se retira y deber ser congelada para colectar el propóleo. Tienen la desventaja que las abejas mezclan el propóleo con cera, disminuyendo el valor del producto.

c. Rejillas: de plástico, usadas en los Estados Unidos de Norteamérica, poseen ranuras que las abejas rellenan con propóleo; son más fáciles para retirar el producto y la contaminación con cera es baja.

Colecta del propóleo por las abejas

Las abejas fraccionan los pedazos de exudados resinosos de las plantas, auxiliadas con sus patas y la mandíbula. Luego lo humedecen con la lengua y son moldeados en pelotas en la mandíbula; posteriormente, con la ayuda de sus patas, introducen las pelotas en las corbículas, último par de patas usadas para transportar el polen y resinas; cuando las corbículas están llenas, el propóleo es transportado al interior de la colmena y depositado en las paredes inferiores, durando allí de una hora hasta diez días, hasta ser removido por otras abejas. Las abejas que colectan el propóleo en el campo no lo manipulan dentro de la colmena, este trabajo es realizado por las abejas más viejas que construyen cuadros y que tienen las glándulas ceríferas atrofiadas.

Aunque varios autores sugieren que la colecta de propóleo ocurre cuando hay cambios climáticos, principalmente a finales de verano, cuando comienza a disminuir la temperatura, en observaciones realizadas por el autor, en Brasil, se ha podido constatar que existen determinadas colmenas que recogen propóleo durante todo el año.

No obstante, Konig (1985) refiere que altas temperaturas son necesarias para ablandar las resinas y tornarlas maleables, permitiendo la manipulación por parte de las abejas.

Por otra parte, las abejas africanizadas, colectan el propóleo principalmente entre las 10 y las 14 horas, en las horas más calientes, dado que temperaturas menores de 20°C y mayores de 28°C pueden inhibir el comportamiento de colecta.

Uso del propóleo por las abejas

Las abejas usan el propóleo en una capa fina en las paredes de las colmenas, utilizan pedazos para tapar huecos, grietas, reparar y fijar cuadros, construyen barreras en la piquera (entrada) de las colmenas como protección a cambios climáticos, entradas de luz, para evitar la pérdida del vapor de agua requerido para el desarrollo de las larvas y como prevención a bacterias y otros microorganismos nocivos en la colmena.

Este uso es muy importante, porque la temperatura interna de la colmena es de aproximadamente 34°C, con una humedad superior a 65%, creando así un ambiente propicio para el crecimiento de microorganismos que podrían crear riesgos a la población; sin embargo, los constituyentes volátiles del propóleo actúan como bactericidas y bacteriostáticos, reduciendo la aeroflora. Es usado para embalsamar cadáveres de intrusos que las abejas no pueden retirar de la colmena, evitando su putrefacción y la aparición de enfermedades.

Actividad biológica

La actividad biológica del propóleo es muy grande, pudiendo englobarse en:

- Actividad antimicrobiana: destaca principalmente en el control de bacterias como Staphylococcus aureus, Bacillus subtilis, Bacillus alvei y Proteus vulgaris.

- Actividad antimicótica: la pinocembrina presente en el propóleo es el principal responsable de esta actividad, principalmente en algunas cepas del género Candida.

- Actividad antiparasitaria: Moura (1999) refiere su efectividad contra la Giardia lamblia, y como control en 67% de Eimeira spp. (coccidiosis) en conejos y aves.

Almacenamiento

El propóleo es un producto delicado, debe ser conservado en bolsas de polietileno, se conserva mejor congelado o a temperatura ambiente de 15°C, es susceptible a la polilla, la cual disminuye su calidad. No debe refrigerarse, porque permite el crecimiento de hongos que destruyen su valor comercial.

Productos elaborados

A partir del propóleo se generan varios productos: caramelos, champú, miel compuesta, enjuague bucal, crema dental, cremas para la piel, propolisina y extracto de propóleo. Estos productos son usados como cosméticos, golosinas y medicamentos, debido a las virtudes del mismo. No obstante, es importante aclarar que para la generación de estos productos debe usarse alcohol etílico (para consumo) y es permitido el propilenglicol para cosméticos, cuidando el origen del proveedor, para evitar la nefasta experiencia argentina de 1992, cuando murieron varias personas al agregarle metanol al etanol usado para extraer los principios activos.

Finalmente, es importante resaltar que a pesar de todas las bondades inherentes al propóleo, este producto tiene un componente, el cafeato de prenyl, con efecto alergénico para aquellas personas susceptibles al mismo, lo cual pudiera causar incomodidad al usar productos que contengan propóleo.

Bibliografía

Ghisalberti, E. L. 1979. Propolis: a reviews. Bee world. 60 (2): 59-84.

Golmerac, W. L. 1980. Activities and behavior of the colony as an organism. In: Bees, beekeeping, honey and pollination. Eastern Graphics, Inc., Old Say-book, Connecticut. 33-56.

González, A. y Bernal, R. 1997. Propóleos: un camino hacia la salud. Ed. Pablo de la Torriente. La Habana, Cuba. 132 p.

Grenaway, T.; Scaybrook,T. and Whatley, F. 1990. The composition and plant origins of propolis: a Report of work at Oxford. University of Oxford. Oxford, England.

Konig, B. 1985. Plant sources of propolis. Bee world. 66 (4): 136-139.

Langenheim, J. H. 1969. Amber: a botanical inquiry. Science. 163: 1157-1169.

Moura, L. 1999. Atividade antiparasitaria en giardíase e coccidiose. En: I Simposio Brasilero sobre propolis e apiterápicos. 7-11 de agosto. Franca, Brasil. 19-20.

Rosch, G. 1927. Observations as propolis collecting bees. Biol. Zentralb. 47 (2): 113.