FONAIAP DIVULGA > Colección > Número 68 octubre-diciembre 2000 |
FONAIAP DIVULGA No. 68:38-39 octubre-noviembre 2000 |
José Montesinos Investigador. |
Venezuela vive un proceso de cambio y transformaciones profundas frente al nuevo milenio. Se habla de la globalización y la apertura económica que para el agricultor representan algo tan lejano, que apenas va a tener la oportunidad de conocer cuando ya esté bajo las ruedas gigantescas del desarrollo. Hoy, la racionalidad no es el elemento más aglutinante del desarrollo humano, por encima está la espiritualidad, como nos lo enseñaban nuestros antepasados; la inteligencia emocional y la moral serán las matrices del desarrollo del nuevo milenio. En nuestros campos tenemos a un agricultor que está insatisfecho en él, porque debemos mejorar su calidad de vida, darle el estatus que se merece para buscar como alternativa la utilización del sector rural. A escala mundial, la teoría del desarrollo industrial urbano comienza a buscar como alternativa la utilización del sector rural y esto abre una oportunidad a la búsqueda de una solución rural. Las cifras nos indican otro paradigma, el de las inversiones públicas y privadas. En el sector urbano superan 90 o 95%, pero no podemos pensar en un modelo de desarrollo rural si no aumentamos las inversiones en el mismo, y no será por parte del sector oficial este aumento, sino que serán los mismos actores del campo, que aunque muy pobres, den inicio al proceso con esta alternativa. Son muchas las organizaciones campesinas que están defraudadas por los esquemas de financiamiento existentes, hecho que se mantendrá hasta que un nuevo paradigma de ahorro y crédito comience a hacerse realidad. Durante el último año en Venezuela se ha dado un cambio; de acuerdo con informaciones proporcionadas por el Ministerio de Agricultura y Cría, en el año 1999 a pesar de haber menos financiamiento oficial se sembró mayor cantidad de arroz en el Sistema de Riego río Guárico, creando de esa manera un desarrollo rural con características integrales, lo cual nos lleva hacia un proceso de reingeniería rural. Estados Unidos de Norteamérica, después de ver que los japoneses se les estaban adelantando, inventaron la reingeniería y la aplicaron al mundo de las empresas urbanas. En este proceso de cambio estamos girando hacia la educación agrícola, al asignarle en el nuevo diseño aplicado un mayor porcentaje a los curricula locales, lo que hace que en un lapso relativamente corto nos encontremos con un mayor conocimiento de nuestros propios recursos. Los modelos económicos y sociales del neoliberalismo están llegando a puntos de inflexión en los que se generan cambios. Lo podemos apreciar en Colombia, Ecuador y Venezuela, y es hora de que entendamos que las asociaciones de productores deberán reorganizarse, convirtiéndose en cooperativas u organizaciones no gubernamentales, que les permitan atacar los principales problemas como la capacitación (educación no formal) para que se integren a los canales de información como Internet para conocer quiénes y cuáles son los mercados alternativos para colocar su producción antes de haber sembrado, comprar insumos en conjunto para obtener mejores precios pasando del sistema individual, donde cada productor estaba sujeto a la disponibilidad de la oferta, a un nuevo sistema donde se puede exigir a través de grandes volúmenes cuándo lo queremos y cómo lo vamos a cancelar. El otro problema, tal vez sea más grave, el de la comercialización del producto cosechado, en el que nos estamos iniciando apoyados por las redes de información, donde nos dicen quién lo necesita y en qué cantidad. Otro aspecto que se debe considerar es la presencia de las mujeres en el campo venezolano, quienes son cabeza de familia en la mayoría de los casos y los programas de capacitación no las están tomando en cuenta, perdiéndose así una magnífica oportunidad de perpetuar el conocimiento, ya que pasaría más fácilmente a través de las generaciones. En el futuro próximo las asociaciones de productores deberán construir propuestas y realidades que vayan desde lo local, municipal hacia arriba, exigiendo nuevas políticas que permitan una distribución más equitativa, ya que en la actualidad los presupuestos dependen de la cifra poblacional del sector rural y de la del urbano. Se abren nuevas perspectivas con los nuevos modelos que consideran al ser humano como base para el desarrollo, que propicien la equidad, que sean participativos y de autogestión, que trabajen con visión sistemática e interdisciplinaria, que practiquen la planificación, el seguimiento y la evaluación de sus acciones, que la comunidad involucrada en la agricultura se organice como sociedad limitada local o regional, que integren la tecnología disponible en comunicación, que sus estructuras organizacionales tengan el enfoque de planificación participativa y que escojan un modelo de gerencia no autocrático. Los nuevos conceptos relacionados con el entorno, en los cambios estructurales, tendrán que ver con la privatización, la economía de mercado, la satisfacción de demandas, una sociedad más exigente. En el aspecto del desajuste socioeconómico se considerará que las políticas internacionales influyan más en el desarrollo, las grandes empresas transnacionales tendrán más sentido de pertenencia en el país donde estén ubicadas, se requerirá más sentido de solidaridad y entrarán en el entorno las alianzas estratégicas internas y externas, habrá un liderazgo más sensitivo, social y con más empatía. En el aspecto del desarrollo humano se buscarán valores con mayor énfasis en la sociedad, más en el desarrollo del individuo, de la inteligencia emocional y moral más que racional; se buscará un desarrollo más holístico, que genere una mejor calidad de vida, que tome en cuenta el relevo generacional, que motive la participación activa de las mujeres en las actividades de capacitación, que motive la participación directa de los jóvenes para que se incorporen al campo, creándoles condiciones y alicientes para ser agricultores y crear las bases en el desarrollo organizacional para obtener mejores y más eficaces servicios de asesorías y apoyo técnico; se incentivará el liderazgo para contar con mujeres, hombres y jóvenes comprometidos con el desarrollo equitativo de la sociedad; se deberá suministrar opciones para que los agricultores se capaciten en mercadeo y para que ellos mismos sean los comercializadores de sus productos, evitando así intermediarios innecesarios. Para finalizar, el productor buscará conocer las exigencias de los consumidores y ellos, las formas de operación de los agricultores. Este conocimiento mutuo facilitará el establecimiento de mejores vínculos entre ambos, logrando beneficios recíprocos en precio y calidad. |
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