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Zootecnia Trop., 21(4):449-466. 2003 Efecto
de métodos de pastoreo sobre sabanas moduladas.
René Torres1,
Eduardo Chacón2, Wilfre Machado3,
Luís Astudillo1
1Instituto
Nacional de Investigaciones Agrícolas (INIA) Nota: Artículo corregido con la FE DE ERRATA, de Zootecnia Tropical 22(01). |
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RESUMEN El
estudio fue desarrollado en el Módulo Experimental de Mantecal,
estado Apure, Venezuela (7°35’ N y 69°10’ O), durante el período
1984-1998, con el objetivo de evaluar la interacción entre la producción
primaria y secundaria de sabanas hiperestacionales. La vegetación
dominante en los Bancos (zona fisiográfica alta) estuvo constituida por Panicum
laxum, Paspalum chaffanjonii, Leersia hexandra y Axonopus
compressus, conjuntamente con más de 80 especies; en los Bajíos
(zona fisiográfica media) estuvo conformada por las tres primeras
especies señaladas más Hymenachne
amplexicaulis y 50 adicionales; y en los Esteros (zona fisiográfica
baja), la inundación anual reduce la dominancia a L.
hexandra e H.
amplexicaulis, y a otras 15 especies hidrófilas. Se asignaron 200 ha con similares proporciones altas, medias
y bajas, por tratamiento de Pastoreo Continuo (PC), Pastoreo Diferido (PD)
con utilización de las zonas altas durante las lluvias, las zonas medias
en la transición lluvia-sequía y sequía-lluvia, y las zonas bajas
durante el periodo seco, y Pastoreo Diferido Rotativo (PDR) con uso
similar al tratamiento PD, pero con tres subdivisiones en su zona media y
seis en su zona baja. La modalidad de producción para los tratamientos
fue de sistema
vaca-maute, con temporada de monta durante el periodo de sequía y carga
animal promedio de 0,50 UA/ha/año. La concentración proteica de las
pasturas resultó deficiente solo bajo PC durante el periodo seco (PC=5,8;
PD=6,6 y PDR=7,3 %), con incremento al inicio de las lluvias por zona en:
alta (14,1%) < media (16,3%) < baja (16,5%) y por tratamiento en: PC
(13,6%) < PD (16,0%) < PDR (17,3%). Los niveles de fósforo
generalizadamente deficitarios (0,15%) y de calcio deficitarios en
especial bajo PC (PC=0,14; PD=0,21 y PDR=0,20%), solo cubren los niveles mínimos
recomendados al inicio de las lluvias,
con uso diferido (PC =0,16; PD=,24 y PDR=0,24%). Similar
comportamiento indicó el nivel de magnesio durante la sequía (0,15%) y
la lluvia (0,15%) con énfasis en zonas medias y bajas y de sodio en zonas
altas (0,09%) y media (0,09%). El potasio sólo reporto déficit durante
la sequía, con énfasis en PDR, (PC=0,56; PD =0,40 y PDR=0,25%),
similarmente el cobre para zonas bajas (PC = 26; PD = 13 y PDR=9 ppm), y a
su vez, el zinc en zonas bajas (26 ppm) y en esta última zona el azufre
presentó déficit en todos los tratamientos (PC=0,10; PD=0,11 y
PDR=0,10%). Estos tres últimos elementos elevan su disponibilidad al
inicio de las lluvias. Durante la sequía, el hierro se incremento hasta
1.000 ppm en zonas medias y bajas y el manganeso hasta 300 ppm en zonas
altas y medias de los tratamientos, con reducción significativa al inicio
de lluvias. La especie L. hexandra se correlacionó
positivamente con tenores de proteína y calcio e H. amplexicaulis con hierro y cobre, mientras que
P. laxum con
niveles de manganeso, potasio, zinc y cobre. Palabras
clave: sabana, método de pastoreo, proteína, minerales. INTRODUCCIÓN La vegetación de sabanas hiperestacionales moduladas ha sido
caracterizada por Torres et al.,
(2003), en su clima, suelo y vegetación, y en su sucesión ante
diferentes métodos de pastoreo. MATERIALES Y MÉTODOS El trabajo se realizó en el Módulo Experimental de Mantecal (70
35’ N y 690 10’ O; Mantecal, estado Apure,
Venezuela), perteneciente al Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas
(INIA), durante el período 1984-1998, sobre sabanas hiperestacionales y
en superficie de 600 ha, las cuales fueron divididas en partes iguales
para la conformación de los tratamientos de: a) Pastoreo Continuo (PC) de
libre movimiento animal, b) Pastoreo Diferido (PD), con tres
subdivisiones: 100,6 ha en zona alta, 56,6 ha en zona media y 47,9 ha en
zona baja del módulo, las cuales fueron utilizadas preponderantemente
durante el periodo de inundación, a entradas y salidas de lluvias, y
durante la sequía, respectivamente y c) Pastoreo Diferido Rotativo (PDR),
con similar uso al anterior y conformado por 92 ha en zona alta, 54 ha en
zona media con tres subpotreros de similar superficie y 54 ha en zona baja
con seis subpotreros de similar superficie. No obstante, durante el período
1984-1989, este tratamiento estuvo constituido por seis subpotreros de
similar tamaño en cada una de sus tres zonas. Todos los tratamientos fueron cargados con 0,50 UA/ha como promedio
y fueron sostenidos en sus mismas áreas experimentales desde 1983 a 1999,
excepto durante el año 1996, cuando existió pastoreo continuo en toda el
área experimental. Sobre las mencionadas superficies se realizaron estudios foto
interpretativos (escala 1:20.000) para el establecimiento de
superficies/fisiografías, en la denominaciones de Banco, Bajío y Estero,
bajo el contexto de áreas de sabanas caracterizadas por factores ecológicos
diferenciales o tipos de tierras. Para ello y posterior a su
fotointerpretación, fueron realizados chequeos a campo comprobatorios
sobre análisis de vegetación, suelo, posición fisiográfica y lámina
de inundación; utilizando los siguientes criterios: a) especies
dominantes por fisiografías basados en estudios de condición y tendencia
de la misma área experimental por el método de los “Tres Pasos”
(Reppert y Francis, 1973; Torres, 1986, 2003), b) identificación de áreas
según criterios geomorfológicos y fisiográficos. c) clasificación de
suelos e identificación, según Soil Survey Staff (1998), con
caracterización de fertilidad en base a análisis de rutina sobre dos
muestras compuestas (5 submuestras) por fisiografía a profundidad de 0-20
cm y caracterización de regímenes de inundación. Durante 1997-1998, se efectuaron evaluaciones cada 45 días en las
fisiografías disponibles a pastoreo, por medio de 10 marcos de 0,25 m2
sobre los cuales se realizó una evaluación destructiva, alrededor de
transectas fijas en ubicación, dirección y sentido de 50 m de largo,
representativas de 14 a 20 ha según la uniformidad e importancia de la
fisiografía. Se procedió a cosechar en grupos de especies deseables y no
deseables, y luego del secado (65° C) se calculo la materia seca deseable
(MSD) y se remitió al laboratorio para la determinación de proteína
cruda (AOAC, 1984), fósforo (Fiske y Subarrow, 1925), calcio, magnesio,
sodio, potasio, hierro, cobre, zinc y azufre (espectrofotometría de
absorción atómica). Sobre las transectas se evaluaron 10 marcos,
espaciados cada 5 m de forma no destructiva, donde se determino cobertura
aérea, frecuencia y fenología de las especies individualmente. Se calcularon las medias en los porcentajes de elementos bromatológicos
y minerales por fisiografía y tratamiento, como indicador de cambios de
calidad en la oferta forrajera respectiva. Con apoyo del paquete SAS (SAS
Inst., 1989), se procedió al análisis de componentes principales sobre
169 observaciones y 133 variables
consideradas de interés tanto de parte animal como vegetal, confirmándose
en función de sus valores en la matriz
de correlación y en los componentes. RESULTADOS
Y DISCUSIÓN El
Cuadro 1 muestra la clasificación de los suelos de las diferentes
fisiografías y la caracterización de disponibilidad de los principales
elementos de fertilidad, resaltando la consideración de niveles muy altos
para manganeso e hierro en todas las fisiografías, así como altos para
cobre y zinc. Mientras que en elementos como fósforo y calcio los niveles
resultan marginales. Esta situación involucra una importante interacción
entre elementos minerales, tanto para la nutrición de la planta como para
el animal pastoreador, lo cual no ha sido estudiado con mayor detalle y
amplitud. Físicamente, los suelos presentaron tendencia a la degradación de
estructura, compactación y déficit de retención de agua, en el perfil
de las fisiografías altas (Bancos) y medias (Bajíos). (Torres, 2003). La concentración proteica de las pasturas resultó deficiente
(<7,0%) marcadamente sólo bajo PC durante el período seco, con
incremento significativo en todos los casos al inicio del período
lluvioso, cuando estuvo asociada a los niveles de azufre, jerarquizándose
en general en forma ascendente por zonas en: alta (14,1%) <media
(16,3%) <baja (16,5%); y por tratamientos en: PC (13,6%) < PD (16,0)
<PDR (17.3%) (Figura 1).
Bajo PC la oferta de la pastura en las zonas alta, media y baja
durante las diferentes épocas, presentaron consistentemente menores
valores de calcio al compararlas con los métodos de pastoreo diferidos,
en cuyos dos últimos tratamientos sus valores se aproximan al mínimo
recomendado de 0,22% (Mc
Dowell et al., 1997) (Figura 6).
No obstante, sólo durante el inicio de las lluvias en PD y especialmente
en PDR, se evidencia cobertura del valor mínimo recomendado para lactación
temprana en bovinos de carne. La concentración de fósforo generalizadamente se observa deficitaria en las zonas altas de los tratamientos y durante el período crítico de sequía en todas las fisiografías, siendo sólo durante las épocas de lluvias y entradas de éstas cuando apenas alcanza el nivel mínimo recomendado de 0,16% (Mc Dowell et al., 1997), en las zonas medias y bajas de los diferentes tratamientos (Figura 2). Similar situación es planteada para la concentración de magnesio (nivel crítico 0,20%), durante el período de sequía y se generaliza a las zonas medias y bajas de los tratamientos durante la época lluviosa. (Figura 6).
Para el elemento sodio (Figura 6) se observaron niveles
marcadamente deficitarios (<0,10%)
durante la sequía en todos los tratamientos y sus zonas de
utilización. En cambio, los niveles obtenidos en potasio son menores al
0,70% durante el periodo de sequía en las diferentes zonas de los
tratamientos de PC y PDR (Figura 7); este elemento con el inicio de las
lluvias, señala una gran disponibilidad. Similarmente, las concentraciones de hierro (Figura 7), recomendada
en 50 ppm, se reportan elevadas muy especialmente durante el periodo de
sequía y en las partes bajas de los tratamientos, con disminución
importante al inicio del periodo lluvioso.
Las concentraciones de cobre, zinc (Figura 3) y azufre (Figura 4),
con niveles de recomendación según McDowell et
al., (1997) de 10 ppm., 30 ppm. y 0,15%, respectivamente, muestran
deficiencias para el primer elemento (Cu) en el tratamiento de PDR durante
el período seco, donde a su vez el zinc presenta déficit en zonas medias
y bajas; y en esta última zona el azufre evidencia niveles deficitarios
en todos los tratamientos. Estos tres elementos con el inicio de las
lluvias reportan altas disponibilidades. En manganeso se obtuvo en
promedio de los tres tratamientos, 5,8 veces más en las zonas altas, 4,9
veces en las zonas medias y 2,8 veces más en las zonas bajas, que el
nivel de 40 ppm recomendado; con menor incidencia en el tratamiento de PDR
(Figura 5).
La evaluación de la influencia de los diferentes métodos de
pastoreo estudiados no aporta evidencia de un efecto en la calidad dentro
de cada una de las especies dominantes, especialmente en elementos
claramente deficitarios durante la sequía, como fósforo (Figura 2) y
magnesio (Figura 6), o de potasio parcialmente
deficitario (Figura 7); ni de excesiva acumulación en el tejido vegetal
como el caso del hierro en zonas medias y bajas, y del manganeso en zonas
altas y medias (Figura 7). No
obstante, Torres et al., (2003)
al estudiar la sucesión y condición de las pasturas sometidas a los
distintos tratamientos, resaltan la obtención de diferentes proporciones
de las especies en las pasturas, principalmente en base al aporte que
realiza la especie Leersia hexandra a la oferta general en cada tratamiento, dado su
reconocida mayor calidad forrajera dentro de la comunidad.
Al estudiar la matriz de correlación emanada del análisis de componentes principales, en sentido general se obtuvieron para los minerales interacciones significativas (>0,60 ó <-0,60 de coeficiente), donde sobresalen las siguientes: El déficit de humedad en la pastura se correlacionó positivamente con
los niveles de hierro y cobre, en las zonas media y baja.
Este efecto manifiesto en los niveles de los elementos minerales en
las diferentes comunidades de la pastura da pie a una mayor investigación
sobre la hipótesis de capacidades diferenciales de extracción y
acumulación de elementos por las especies predominantes, con énfasis en
los de reconocida influencia en los procesos reproductivos, aspecto no
abordado y de necesario esclarecimiento en pasturas tropicales. CONCLUSIONES
Effects of the methods of grazing on modulated savannahs. II. Protein and minerals composition in plant and soil SUMMARY The
research was carried out in the Experimental Module of Mantecal, Apure
state, Venezuela (7°35' N and 69°10' W), during the period 1984-1998,
with the objective of evaluate the interaction between the primary and
secondary production on hyperstational savannas. The dominant vegetation
in the Bancos (high
physiographic zone) was constituted
by the grasses Panicum laxum, Paspalum chaffanjonii, Leersia hexandra and Axonopus compressus and more than other 80 species. In the Bajíos
(medium physiographic zone) the vegetation was conformed by the
grasses P. laxum, L. hexandra, P.
chaffanjonii and Hymenachne
amplexicaulis, plus
another 50 species, while in the swamps or Esteros (low physiographic
zone) the annual flood rhythm induces the dominance of L.
hexandra and H. amplexicaulis
grasses and other 15 hydrophyte species. Two hundred ha were assigned with
similar proportions of high, medium and low physiographic zones to three
different grazing methods: continuous (CG), deferred (DG) grazing as the
use of higher areas during the peak of the rainy season, the medium areas
in the transition rainy-dry and dry-rainy period, and the low areas during
the dry period, and deferred-rotary Grazing (DRG), with similar grazing
management than DG, but with three subdivisions in their medium and six on
low physiographic zones, respectively. The production system in the three
treatments was a cow-steer, with breeding season during the dry period,
stocked at of 0.50 AU/ha/year. The DM protein concentration of the
pastures were highly deficient only under CG, during the dry period (CG=5.8;
DG=6.6; DRG=7.3%), with an increase at the beginning of the rainy
season on: high (14.1%) < medium (16.3%) < low areas (16.5%); and
for treatment on: CG (13.6%) < DG (16.0%) < DRG (17.3%). The levels
of phosphorus were widespread deficient (0.15%) and for calcium was
deficient especially under CG (CG=0.14; DG=0.21; DRG=0.20%), to approach
minimum levels of those recommended at the beginning of the rainy period,
in medium and low areas with deferred uses (CG=0.16; DG =0.24; DRG=0.24%).
Similar pattern showed magnesium during the dry (0.15%) and rainy seasons
(0.15%), with emphasis in medium and low areas, and for sodium in high
(0.09%) and medium areas (0.09%). Potassium showed deficiency during the
drought season, mainly under DRG (CG=0.56; DG=0.40; DRG=0.25%); similarly,
copper for low areas (CG=26; DG=13; DRG=9 ppm), and zinc for medium and
low areas (26 ppm). In this last area, sulphur showed deficit in all
treatments (CG=0.10; DG=0.11; DRG=0.10%). These last three elements
elevated their readiness at the beginning of the rainy season. During the
dry season, iron increased up to 1.000 ppm in medium and low areas, and
manganese up to 300 ppm in high and medium areas of the treatments, with
significant reductions at the beginning of the rainy season. L.
hexandra grass was positively correlated with the levels of DM protein
concentration and calcium, as well, H.
amplexicaulis grass with iron and cooper, and P. laxum grass with manganese, potassium, zinc and cooper. Key
words: savanna, grazing method, protein, minerals.
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